COSAS QUE PASAN | «ARFONZO» | José de Pineda
Actualmente estamos tan desasistidos y desamparados políticamente con este enorme lío de la Amnistía, que nos agarramos aunque sea para consolarnos, a un clavo ardiendo, cuyo nombre del clavo es Alfonso y de apellido Guerra.
Qué mala tiene que estar la situación en España para que todos los medios de comunicación entrevisten al viejo ex-vicepresidente aprovechando la presentación de su último libro y además lo pongan como ejemplo. ¿Ejemplo de qué, joé? Pasen y vean. Repasen las hemerotecas y comprueben lo que aquel Dúo Sacapuntas formó durante el tiempo que estuvo gobernando. Lo que está ocurriendo ahora en nuestro país empezaron a fraguarlo ellos en los años 80, porque una cosa era predicar, y otra muy distinta, dar trigo, y si no, ahí están las consultas que la PSOE hace a los cuatro militantes que les quedan. Eso sí, la mayoría comiendo de los presupuestos, amarrados al pesebre y votando mayoritariamente a favor de amnistiar a todos los golpistas y malhechores que sea menester con tal de seguir chupando del bote.
Pues estas y otras circunstancias peores son las que están llevando de cadena en cadena, radio, tv. o prensa escrita a este pobre diablo que mide perfecta y concienzudamente cada palabra y cada frase que dice para que no lo expulsen del partido como le pasó a Nicolás Redondo y que va repitiendo como un papagayo amaestrado allá donde lo llaman, palabras y frases huecas y manidas, llenas de obviedades y mentiras que es lo peor que le puede pasar a un señor de 83 años. Y si no fuera porque está en plena promoción de su último libro, La rosa y las espinas, y la pela es la pela, como dicen los que mandan ahora en España, iba a salir de su madriguera… hoy no. ¡Maaañana!
Aquella famosa frase que el perito industrial metido a político pronunció el 28 de octubre de 1982 y que se hizo famosa cuando eufórico prometía: “Vamos a poner a España que no la va a conocer ni la madre que la parió”, está ahora más vigente que nunca y yo añado que si la situación actual fuera otra, de Alfonso Guerra no se acordaría ni la madre que lo parió ¿pero?… Si no fuera por lo que es, enseguida iban los periodistas a echar mano de un personaje tan siniestro, raro, esquivo y embustero como este, gran especialista en poner motes denigrantes y descalificar a sus opositores. Ahora dice con todo el cinismo del mundo que eran bromas y que la gente no tiene sentido del humor, ¿bromas? Llamó Tahúr del Misisipi a Adolfo Suarez, a Soledad Becerril le dijo que se parecía a Carlos II vestida de Mariquita Pérez, al viejo profesor Tierno Galván lo tildó de “víbora con cataratas” y así a todo lo que se movía, amén de famosas y desgraciadas frases como aquella de: “El que se mueva, no sale en la foto”.
Ahora dice también que los refundadores del partido no tragan el Sanchismo, pero luego todos los votan como así lo reconocen públicamente. ¿Entonces de qué os quejáis, carnes mías?
Quién te ha visto y quién te ve, «ARFONZO».