COSAS QUE PASAN | EFEMÉRIDES | José de Pineda
Aunque parezca mentira, no es que me pongo colorado, es que no me creo que hayan pasado diez años de mi primera colaboración, -antes VIVA ECIJA en formato papel, y ahora Ecijadigital,- y todo gracias a mi querido amigo, paisano, maestro y casi omnipresente sobre todo para mí, José Calderón Barrios, que desde su columna Desde un lugar de Mallorca me ha hecho el mejor regalo de Navidad recordando la efemérides. Gracias, amigo Pepe.
Llevaba varios días dándole vueltas a la perola sobre qué tema elegir para mi próximo artículo y es que aunque mi editora no me exija periodicidad en mis envíos, sí lo hacen las cuatro o cinco lectoras que tan amablemente se portan conmigo y procuro no defraudarlas. Lo cierto es que después de darle un repaso a varios diarios digitales y comprobar las mil y una “piruetas” que hacen cada día esos articulistas profesionales de primera fila para sacar adelante sus columnas con un mínimo de decoro y algo de interés para sus lectores, desde este humilde rincón y con todos mis respetos para ellos, va este sencillo y merecido reconocimiento.
Y es que recibimos tanta información al cabo del día por los distintos medios que actualmente ponen a nuestro alcance -plataformas digitales, smartphones, televisión, radio, etc…, que estamos excesivamente saturados de información, ya sean buenas, malas o regulares. Nos invaden en todo momento y a todas horas. Noticias que la mayoría de las veces no sabemos si se tratan de hechos reales o simplemente noticias falsas o fake news como dicen los cursis. Concretamente y sin ir más lejos, este pasado 28 de diciembre día de los Santos Inocentes, sin querer queriendo, se dio la paradoja de que la mayoría de las malas y atroces noticias que se publicaron y que eran ciertas, parecían simples inocentadas y viceversa. Todos estos hechos son realmente muy preocupantes informativa, social y legalmente hablando, porque se está produciendo en nuestra sociedad y sobre todo en la juventud, una falsa idea del todo vale, y esta anomalía termina por pasar una factura yo diría que demasiado cara. Como se decía antiguamente, las autoridades competentes y que ahora parece que no existen, junto con el resto de la sociedad, debemos poner todos los medios a nuestro alcance para evitar que la cosa no vaya a más y sobre todo, menos redes sociales y más redes sociables, porque esa es otra. Inconscientemente, cada día nos estamos aislando más en esa burbuja ficticia de bienestar, despreocupándonos por completo de todo lo que realmente ocurre en nuestro entorno más cercano, incluida la familia.
Todos los años nuevos tienen su aquel, pero no sé por qué me da a mí que este 2023 va a traer mucha tela que cortar, y que vamos a necesitar muy buenos sastres para recomponer todo lo que estos que tenemos ahora, han descosido con tal de mantenerse al frente de este negocio a punto de quebrar llamado España.
Con mis mejores deseos para todos, todas y todes. ¡Feliz Año Nuevo!