COSAS QUE PASAN | OJÚ, OJÚ | José de Pineda
Es una expresión popular, coloquial y familiar que se ha puesto de moda, por lo menos que yo sepa, en mi pueblo, o sea, en La Luisiana. Está claro que es una expresión incorrecta porque lo que se quiere decir realmente es Jesús, Jesús, exclamación que los católicos decimos con frecuencia cuando vemos y escuchamos a nuestro alrededor una situación extrema como la que estamos viviendo.
También hacemos uso de ella cuando alguien nos cuenta algún chisme, o hace un comentario que se sale de lo común o cotidiano, y sistemáticamente contestamos con la susodicha expresión, que se sustituye por “¡qué barbaridad lo que me acabas de contar, joé!”.
Como decía al principio y como suele pasar con estos modismos, basta que alguien repita en cada conversación tres o cuatro veces esta expresión, lo suficiente para que se corra la voz, nunca mejor dicho, y acto seguido e inconscientemente, empecemos a pronunciarlas a cada momento, mucho más si como ahora en los tiempos que nos ha tocado sufrir, vamos de sorpresa en sorpresa.
El otro día, una vecina que estaba en la puerta de su casa intercambiando algo con una vecina vieron un coche de la Guardia Civil, e inmediatamente se quitaron de en medio temiendo alguna reprimenda, a lo que la otra exclamó: “Desde los tiempos de Franco no le teníamos tanto miedo a los guardias. Ojú, ojú”. Aunque la Benemérita lo único que hace es recibir órdenes de quienes no saben darlas y además, los desprecian como hace este tipo de gente.
Hay que ver la que están liando con las mascarillas. Ojú, ojú. Que si ahora no hay que ponérselas, que ahora sí, que si se han perdido dos millones que precisamente venían de China (como para ponérselas…). Ojú, ojú. Cómo estaremos de desesperados con este encierro forzado que estamos deseando que lleguen las 8 de la tarde para salir un ratito a la calle o al balcón para aplaudir ¿a quién?, y poner un poco más ricos al Dúo Dinámico por los derechos de autor. Ojú, ojú
¡No va a liar ná el tío de Wuhan que echó los polvitos y soltó el bicho en un mercado de animales de su pueblo! Ojú, ojú. ¿Y que España exportara tests de control, hasta el mismo día 15 de marzo, cuando ya sabían lo que se nos venía encima? Ojú, ojú. Y el pobre que inventó aquella famosa frase de “como en casa no se está en ninguna parte”, ¿ande andará metido? Ojú, ojú. Y eso de que no hay gente en Andalucía para recoger la fresa y las papas con más de un millón de parados. Ojú, ojú. Está claro que no tenemos arreglo. Por cierto, se me olvidaba, resulta que el “Coletas” se va a querellar porque están poniendo en las redes lo que decía antes de ser vicepresidente. Ojú, ojú.
Por eso cuando los gobernantes pierden la vergüenza, los ciudadanos perdemos el respeto. ¡Ojú, ojú!