DESDE UN LUGAR DE MALLORCA | REPARTO DE DENARIOS | José Calderón Barrios
El 1936 -según autor de la época- ni un solo escritor español se presentaba como católico… verían venir lo que vino.
La etimología o significado de la palabra cristiano es seguidor de Jesús de Nazaret; pero la otra acepción es la de perseguido. El perseguido, alcanzado y muerto, se convertía y sigue convirtiéndose en mártir. La sangre de los mártires -decía el apologeta, Tertuliano- es semilla de cristianos. Hoy día, todavía se sigue eliminándolos, en todas partes, en los cinco continentes. Esto empezó a suceder desde el día en que Jesús manifestó, en una sinagoga, que él era el Hijo de Dios. Luego dijo a sus seguidores que ellos también serían perseguidos, porque no iban a ser más que el maestro. La tragedia empieza cuando Jesús de Nazaret, a lo largo de su vida pública, afirmaba que el Hijo del hombre no tenía donde recostar la cabeza. En otra ocasión había venido a servir, no a ser servido. Y la prueba más difícil, según algunos, casi antinatural: “Si alguien te da un bofetón, pon la otra mejilla”. Para el que está muy apegado al mundo -como estamos todos- es imposible de aceptar este reto. Un bofetón sin reacción no lo encaja cualquiera; se reaccionaría, aunque sólo fuera con adjetivos despreciativos, incluyendo a toda la familia del agresor. Para los vengativos, altivos, los que aplican la ley del talión, no es posible. Sin embargo, hay quien lo hace. La clave está en los santos. Hay muchísimos, pero citaré un solo ejemplo. El “povero” de Asís, el idiota, el loco, el antinatura; el servidor y protector de los leprosos. Un día iba pidiendo por el campo, llamó a la puerta de un caserío, le abrió un hombre muy mal encarado. Francisco, pacíficamente, le pidió una limosna por el amor de Dios, sin embargo, en vez de ayuda recibió una paliza. Luego se lo contó a un hermano, le dijo que había experimentado “la gran alegría”: la de recibir de palos por amor de Dios.
El Papa Francisco pide una Iglesia pobre y servicial, que sea como un hospital de campaña, pero ¿sabe lo que arriesga?, eso es pura teología de la liberación, una locura evangélica. Y ha herido muchas susceptibilidades. Hay quien lo ha tachado de comunista -su maestro, el Mesías, también fue calificado como tal- pero éste para salvar a la comunidad universal. No para enviarla a Siberia, región rusa cuya extensión se calcula entre 11 y 13,1 millones de km cuadrados, según se conquiste terrenos de países contiguos.
Por comparar, en kilómetros, informo: España, según mi enciclopedia de 20 volúmenes -comprada en una rebaja- mide, con archipiélagos e isla Peregíl incluida (¿…?) 504,750 km cuadrados. Pero, en la Fundación Wikipedia, enciclopedia libre, se indica una dimensión de 505,990.
Pues sí, Siberia, con una temperatura media de 40 grados bajo cero. Ahí son enviados los opositores al Régimen, donde la mayoría muere de frío y agotamiento, sacando hulla de las entrañas de la tierra. Eso sería antiguamente -objetó alguien-, pero, actualmente ¿qué es el comunismo? Y le respondí: Actualmente es, 7 millones de venezolanos deambulando por el mundo, pidiendo auxilio. Es Daniel Ortega, en Nicaragua, con la atávica idea de borrar del lugar a la Secta del Nazareno. El comunismo es actualmente 30 mil muertos y 8 millones de ucranianos, huidos; ambas cantidades progresivas, en el primer año de guerra.
Oí por radio, en una noche insomne, el informe de un periodista -enviado especial- que había enfocado con linterna a una anciana, sentada en el suelo de un sótano oscuro, maloliente, infecto y húmedo. Su familia había perecido, sepultada bajo los escombros de su vivienda. Ella fue la única superviviente, a pesar suyo. Y repetía una frase, con voz ronca y trémula: ¡Cómo podrá dormir!, refiriéndose a Vladímir Vladímirovich Putin, ególatra, psicópata (de moda), en Busca y Captura.
El comunismo es… Iósif Stalin, un dios tiránico. Como a todo hijo de vecino, la muerte llamó a su puerta, y un camarada gritó: ¡Urgente, un médico! Otro, por lo bajo, aclaró: No es posible. Se revelaron. Los hemos matado a todos. ¿Conocería Stalin la sentencia del gran pensador indio?: “Entre el cielo y la tierra sólo hay una breve morada”.
“Yo soy yo, pero no soy de mí”. ¿Quién dijo esto?
La gente pasa, y cree que Dios es cuento… Pero, cuidado con el que formó los montes y creó los vientos, porque está vivo y observa. Él espera al final de nuestra travesía por el desierto. Él, rey y señor de todos los tiempos. Si no le seguimos, si no apostamos en “la lotería” de Dios, este mundo no pasará de ser un cementerio de muertos vivos, de vivos, muertos. (Continuará).