COSAS QUE PASAN | REDUFLACIÓN | José de Pineda
A vueltas con las subidas de precios. Todo comenzó con el Covid, luego vino lo de Rusia y Ucrania con todos sus muertos q.e.p.d., y para terminar, de momento, la huelga de transportistas con el consiguiente desabastecimiento de productos. Que yo no sé quién da la voz y crea un auténtico pánico diciendo que el aceite de girasol y la leche se van a terminar, y empieza la gente desesperada a acaparar, al igual que pasó con el papel higiénico al principio de la pandemia, y lo único que se consigue con esta acción es que los precios de estos productos suban desproporcionadamente. He visto estos días gente que no habían consumido en su vida aceite de girasol, que llevaban el carrito hasta la corcha. Y a todo esto, los ganaderos tirando la leche y los lineales de los súper, vacíos.
Y por si todo esto fuera poco, Marruecos, aparte de quedarse con el Sáhara y Ceuta y Melilla después, nos asfixia enviándonos polvo rojizo en forma de calima un día sí y el otro también. Antes, los americanos también nos mandaban polvo blanco pero en forma de leche, que no es lo mismo, y además queso amarillo en latas que no sé de qué estaría hecho pero doy fe que estaba buenísimo y nos alivió en parte la hambruna de aquellos tiempos.
Antes que alguien se adelante, seré yo quien exclame ¡¿Mandeee?! al leer el título de esta columna, y es que verán ustedes, a pesar de ser una palabra que ya existía en nuestro diccionario, sinceramente me llamó la atención la primera vez que la escuché hace tan solo unos días. Pensé que sería uno de esos palabros que la gente aburrida se inventa para impresionar primero y confundir después al personal mucho más de lo que ya estamos.
Dicho esto, como dicen los tertulianos profesionales y por si a alguien le interesa, paso en un pispás y muy humildemente con permiso de los economistas que me lean, a explicarles de qué va el asunto que nos ocupa. En primer lugar, está la inflación (aumento excesivo de algo), deflación (situación de excesiva de oferta) y luego viene la reduflación, que es una de las mayores tomaduras de pelo y una estafa monumental a la que nos someten las multinacionales a los sufridos y dóciles consumidores, y que no es otra cosa que cuando se reduce considerablemente la cantidad de producto que uno compra y se deja el mismo precio.
Y es que como ya escribí hace poco, estamos viviendo unos tiempos muy convulsos en todos los sentidos, pero lo que más nos está afectando es la desaforada subida de todos los precios tengan o no que ver con la luz, el gas, el petróleo,… Espero que el tío Paco no tarde mucho en llegar con sus rebajas y ponga un poco de orden en todo este caos económico en el que estamos sumidos por culpa de este malgobierno que padecemos. Me llama mucho la atención que a estas alturas de la película, todavía no le he escuchado a nadie y cuando digo a nadie es nadie, pedir por lo menos un adelanto de elecciones. ¿Por qué será?
Feliz Semana santa.