HABLAR POR HABLAR | DE LA EXISTENCIA DE ALGUNOS BACHILLERES | Francisco Martínez Calle
Desde hace bastante tiempo tenía yo conocimiento, a través del refranero, de la mala opinión que tenía la sociedad tanto de la preparación académica de algunos licenciados, como de las universidades de donde estos procedían. Así, era frecuente poner en tela de juicio esta o aquella universidad por los escasos conocimientos de sus alumnos en determinadas materias, una vez acabada la carrera
Tal vez no fuera como se decía, pero así se decía. Es posible que se tratara de uno más de los muchos tópicos que existen sobre las gentes, las instituciones, las ciudades, las lenguas y tantas otras cosas más.
Pero cuál no sería mi sorpresa cuando, un día, por casualidad, me topo en el Refranero general ideológico del español (1998) de Martínez Kleiser, con la palabra bachiller y varios refranes referidos a los poseedores de dicha titulación académica. Entre ellos están los siguientes:
Bachiller en cánones, porro en todas partes.
Bachiller en artes, tan necio como antes.
Bachiller y nada saber todo uno viene a ser.
Bachiller en medicina confunde el vino con la orina.
Bachiller por Cabra (Córdoba), aunque la boca no abra.
Y, por último, Bachiller por Osuna es cosa ninguna.
Está claro que ninguno de ellos tiene desperdicio: todos los bachilleres son ignorantes y poca cosa; más aún, si son de Cabra u Osuna. Pero todavía hay otro en el citado lote del diccionario de refranes que, a mi juicio, es el peor de todos:
Ser bachiller de “tibi quoque”.
Es decir, que algunos bachilleres, los de “tibi quoque”, obtenían el título, no por sus conocimientos, sino por aprovechar la ocasión en que otros lo hacían, para colarse entre ellos. El caso nos parece alarmante, por tratarse de un procedimiento en el que cualquiera podría graduarse, con tal que se arrimara a uno de los que estuvieran preparados.
Para estos últimos bachilleres, los de “tibi quoque”, el refranero les dedica una particular sentencia:
Bachiller en malas artes sabe andar por todas partes.
En fin, bachilleres de todas clases y en todos sitios los ha habido siempre.
Francisco Martínez Calle